En el contrato de desarrollo de una página web, se especifica cuál va a ser su contenido y estructura, así, se especifican el número de páginas, la interface gráfica, las fotografías, el sonido, el texto, logotipos.
También deberás alojar la página web en un servidor y podrás contratar también sus actualizaciones, estadísticas de accesos, gestionar la base de datos de clientes, etc.
El cliente deberá entregarte toda la información necesaria para llevar a cabo lo anterior, dentro del plazo que se acuerde y deberás guardar secreto y confidencialidad. Deberás igualmente cumplir con la Ley de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales (LOPDGDD) en el tratamiento de los datos personales de clientes o personas que puedas gestionar.
Será responsabilidad del cliente la titularidad de los contenidos que entregue para el desarrollo de la página web.
Acordarás unos plazos de ejecución y deberás entregar al cliente una versión de prueba, y mientras dure el contrato tendrás que mantener la página web o el sitio web y ofrecer al cliente servicios de consultoría para resolverle dudas sobre el funcionamiento. Por supuesto, deberás asegurarte que el material que entrega el cliente no es ilegal o perjudique los derechos de otras personas.